jueves, mayo 08, 2008

Organiza tu agenda y ven pa' La Cueva :)




Hola equipo Dios les bendiga:

Aqui tenemos las fechas de reunion de "La Cueva" por los proximos meses, asi podran organizar sus agendas ;) :)

(Ahorro 500.00 e invito Amigos al cueva-tour y la cueva)
Cueva
Sabado 10 Mayo

Sábado 24 Mayo


(Ahorro 500 e invito Amigos al Cueva-tour 2008 y la cueva)

Cueva

Sábado 7 Junio

Sábado 21 Junio



(Ahorro 500.00 e invito Amigos al Cueva-tour y la cueva)

Cueva

Sábado 5 Julio (Culto Unido Luz y Vida)

Sábado 19 Julio

Agosto(Ahorro 500.00)

"""Viernes 8 (4:30 a.m )y Sabado 9 Cueva Tour 2008 (1999.99 pesitos)"""

Sabado 16 Especial
Sabado 30 Agosto (Cueva time =)


Oremos para que Dios continue su obra en nosotros.

Cual quier pregunta mandanos un mail lacuevajuvenil@gmail.com

Preparándose para el matrimonio y/O Noviazgo (Manual)


Algunos creen que las relaciones entre hombres y mujeres no se dan al azar o por la tan mencionada "química", "cupido", "atracción magnética", determinaciones del destino y/o a través de cualquier otra explicación popular. Es decir que en principio hay razones psicosociales flexibles de porque se elige (o de como se elige) la persona que tiene la probabilidad de ser un(a) candidato(a) para formar pareja y casarse.

En lo que como humanos nos compete, la mayoría de las veces, son estas bases de atracción interpersonal las que "sembrarán" el cultivo de la felicidad-infelicidad de la pareja. Algunas variables flexibles de atracción interpersonal son:


· Características de personalidad

· Nivel socio-económico

· Similitud cultural

· Atributos físicos

· Edad

· Similitud de valores espirituales.

El cristiano no es ajeno a estas razones y variables, que en muchos casos ejercen una presión e influencia mucho mayor que la sabiduría espiritual que el Espíritu Santo nos ha dado para ser utilizada en decisiones tan importantes como la elección de la persona con la cual habré de casarme.

Elijo yo o elige Dios - Gn. 2:18; 2ª Co. 6:14 - Aún hoy día hay poca educación sistemática sobre destrezas y conocimiento en la manera de elegir y descubrir (si creemos que Dios la tiene elegida con anticipación ya para nosotros) "racional y espiritualmente" la pareja y disminuir de esa manera las posibilidades de fracaso e insatisfacción en la relación.


La presencia de conflictos en la pareja

Si partimos de la idea que conforme a nuestro mejor juicio en un momento dado, hemos elegido un(a) compañero(a) razonablemente apropiado(a), aún así hay un sinnúmero de fuentes potenciales de roces, problemas y/o conflictos. Esto nos lleva a una de las principales reglas que hay que tener siempre presente para mantener una relación relativamente satisfactoria y saludable. La regla dice:

"En toda relación humana existe el potencial de conflicto, y en las relaciones más cercanas o íntimas esto parece aumentar por la proximidad y frecuencia de las interacciones. En otras palabras, no hay relaciones humanas libres del potencial de conflictos, ni siquiera en las relaciones de amor por decirlo de esa manera".


Si la relación de la pareja es una estable en términos generales, la posibilidad y/o la aparición de los conflictos no debe ser algo para temer o asustarse y generar una tensión y frustración excesivos. Por consiguiente es muy recomendable tener una filosofía clara y racional sobre los conflictos. Algunas recomendaciones al respecto son:

1. Interpretar los conflictos como un aspecto natural de la relación (no quiere decir que nos agraden) cuando surgen.

2. Verlos como oportunidades para clarificar y solventar diferencias.

3. Tener la convicción de que enfocados espiritual y constructivamente, los conflictos producen crecimiento y madurez en la pareja (y hasta en la familia, si la tienen), y fortalecen la relación.


Algunas fuentes comunes de problemas o conflicto en el noviazgo:


· El cuidado del dinero y la capacidad de ahorro

· Relaciones con los parientes

· Diferencias sobre los roles bíblicos en la relación matrimonial.

· Diferencias de madurez espiritual.

· Educación sexual bíblica.

· Uso del tiempo libre

· Criterios sobre las responsabilidades en las tareas del hogar

· La carencia de conocimientos y destrezas de comunicación constructiva-efectiva.

· La carencia de conocimientos y habilidades en la solución de conflictos, y

· La carencia de conocimientos y habilidades de negociación.

A los cuales se suman en el matrimonio

· Tipo de relaciones con las amistades y parientes (familias primarias)

· El uso del dinero y el criterio financiero.

· Ejercicio de una vida sexual mutuamente satisfactoria.

· La planificación familiar (también considerada en el noviazgo)

· Criterios en la crianza de los hijos.


Volviendo de nuevo al tema de la elección de la pareja y de las primeras etapas que sirven de base a la relación, es de importancia mencionar el papel vital que tienen las expectativas irrealistas y mitos sobre lo que pueden esperar en la relación con la pareja, lo cual puede perdurar por años deteriorando la satisfacción, ya que les lleva a esperar mucho más de lo que verdaderamente van a encontrar adelante en la convivencia diaria.


Algunos mitos y expectativas irrealistas comunes son:


· El amor romántico siempre será el pilar que sostendrá la relación (y este durará por siempre).


· Mi pareja sabrá lo que yo quiero sin que se lo diga.


· El deseo es suficiente para una buena relación sexual.

· Cuando me case no voy a sufrir penalidades ni frustraciones.


· Mi pareja me compensará por todas mis frustraciones pasadas.

· Mi pareja siempre estará de mi parte, siempre me será fiel (bajo cualquier circunstancia), y siempre será indulgente cuando mi comportamiento no sea correcto.

· Nada podrá influir negativamente en mi matrimonio.

· Mi pareja me hará feliz.

· Mi novio es cristiano (sobre esto volveremos más adelante...)

Si no se identifican y modifican estos mitos en base a las experiencias de la relación con la pareja, obviamente sobrevendrá la insatisfacción; y si se perpetúan llevarán a perturbación emocional. Entonces, la reevaluación de las expectativas sobre la relación con la pareja puede llevar a un equilibrio y mayor satisfacción en la convivencia diaria.


Otra fuente de insatisfacción importante en las relaciones de pareja es la incompatibilidad en una o varias áreas de la relación (entre más importante el área para uno o ambos, mayor la insatisfacción. Sobre todo si fallan las negociaciones para establecer un compromiso que resuelva el problema).


La incompatibilidad a menudo surge al seleccionar el/la compañera de forma superficial y simple, sin conocerl@ realmente, o cuando se produce los cambios naturales en una de las dos personas o en ambos. Esto puede ser estímulo para dialogar, pero también puede llevar a una ruptura de la relación, en especial si la incompatibilidad se presenta en una área central para uno o ambos miembros de la pareja. En este punto, uno o ambos miembros ya no verán la relación como algo importante, y que les vaya a satisfacer en el futuro.


Si la incompatibilidad es en una área menos importante producirá menos insatisfacción y casi no afectará la relación, sobre todo si el/la compañera encuentra una expresión a su deseo que a su vez, sea aceptada por el otro miembro de la pareja.

Según se ha mencionado anteriormente, la experiencia de intervención psicológica con parejas y datos de investigaciones sobre este tema apuntan a que hay por lo menos 3 habilidades fundamentales que pueden ayudar a maximizar la relación satisfactoria de las parejas. Estas son:


1. La comunicación efectiva

2. Métodos de solución de conflictos

3. Métodos para la negociación de conflictos

Un énfasis en este punto es que debe subrayarse el concepto de habilidades aprendidas, ya que son destrezas que a menudo deben aprenderse o perfeccionarse puesto que no son características innatas de las personas. Otro aspecto importante es que estas habilidades se interrelacionan e impactan unas a otras.


La Comunicación Efectiva

Se caracteriza por un estilo de relación y/o comunicación que se denomina Asertivo, el cual representa un balance entre los estilos de comunicación por lo general inefectivos; tales como el tipo pasivo, agresivo y pasivo-agresivo.


La comunicación asertiva conlleva algunos ingredientes de relación efectivos tales como: expresión (positiva y/o negativa) directa, honesta y clara de los sentimientos, pensamientos, necesidades y opiniones, sin herir, humillar o faltar el respeto de manera intencional a la pareja. Es diferente de la llamada "franqueza agresiva".


Es importante:

· Lo que se dice (verbal y no-verbalmente)

· Cómo se dice

· Donde se dice

Otros elementos de la comunicación efectiva son:

· Escuchar

· Dejar hablar

· No-prejuzgar

· Flexibilidad

· Razonabilidad

· Disposición de llegar a acuerdos


¡LO PRIMERO!: La búsqueda de la voluntad de Dios.

¿Cómo se manifiesta en la elección de la pareja? Hay quienes creen, basándose en el texto del título, que cualquier cristiano puede hacer un excelente matrimonio con cualquier cristiana, sin tener en cuenta lo antes dicho. Respetando esta opinión, no obstante creo que solamente el Señor sabe cual es “la ayuda idónea ideal” y cual “el complemento vital necesario” de cada cristiano/a en base a sus características temperamentales y caracterológicas.


“Ayuda y complemento” que debemos buscar, con el conocimiento y capacidad intelectual y espiritual “para que aprobemos (elijamos) lo mejor” – Fil. 1:9-10 que nos ha dado el Señor. y a la vez esperar en oración que nos muestre su voluntad.

El matrimonio propiamente dicho

Un jardín al que hay que cuidar... diariamente.- Cantares 2:1-3

Quien tiene un jardín sabe el tiempo y la dedicación que requiere si se quiere disfrutarlo y lucirlo. El tener el césped cortado, el combatir las malezas y las hormigas son trabajos junto al plantar elegidas flores, que se hacen sin medir el esfuerzo. También podríamos decir que mucha de la labor es “de rodillas”. Pensándolo, el matrimonio también es “un jardín al que hay que cuidar.”


Cada vida es una historia con características únicas que trasladamos al ámbito del matrimonio: a unos les gusta dirigir e impartir ordenes pero otros tienen un perfil más sumiso o conformista, unos prefieren decidir y otros que decidan por ellos, a unos les encanta darse al otro mientras que otros necesitan recibir de los demás, unos necesitan más cariño y a otros les resultan pegajosos los mimos, y así podríamos seguir...


El mundo dice: “que no hay una fórmula que garantiza el éxito de la vida matrimonial, pues cada unión se rige por reglas propias, normalmente no explicitadas por sus miembros pero que sirven para mantener viva (en el mejor de los casos, armónica) la relación mientras dura”. No hay duda que esta forma de pensar da lugar a las mil recetas que terminan en el fracaso. Las “reglas propias” son las que cada uno de los integrantes de la pareja han aprendido de la simple observación de otras parejas.


Solamente el obedecer los principios bíblicos para el matrimonio (Efe. 5:21-25, 28, 31 y 33), que son: Amar y sujetarnos al Señor por sobre todas las cosas y el amar y respetar al cónyuge más que a nosotros mismos, garantiza un matrimonio duradero y feliz.



¿Pero que significan “estos amores?” Es en nuestro jardín reconocer a Dios como creador y sustentador de nuestra unión, es el cortar las diferencias culturales e intelectuales; es el arrancar las malezas y raíces de amargura traídas de nuestro pasado; matar los enemigos como son “las costumbres y derechos de la soltería”, no sucumbir a la competencia entre los sexos, los celos y la rivalidad de las familias entre otras cosas. Toda esta labor debe ser hecha por los dos (muchas veces el jardín de la casa lo cuida solo uno de los cónyuges o lo hace un tercero) y ser “regada con oración”; lo cual nos permitirá disfrutar de la frescura, aroma y colorido de una unión bendecida por Dios y será de modelo, primeramente a nuestros hijos y luego a los que puedan observarnos cada día.


Reconozcámonos mutuamente como buenos jardineros


Es importante que nuestro cónyuge sepa qué nos gusta y cómo lo queremos; como así también qué nos disgusta. Hemos de mantener informada a nuestra pareja de nuestros cambios, porque no siempre sentimos, ni queremos lo mismo: Somos cambiantes, nuestra vida es una sucesión de etapas, y cada una de ellas tiene sus características propias.


Afortunadamente somos muy distintos, pero también compartimos cosas. A todos nos gusta que nos respeten, que nos quieran, que cuenten con nuestra opinión, que nos valoren como personas en toda nuestros roles en la vida: como trabajadores, como hijos, como padres, como esposos, como amigos, como interlocutores.


El cuerpo es un gran comunicador y hemos de permitirle expresarse. Si queremos mantener un diálogo fluido con nuestro cónyuge, las relaciones corporales (no exclusivamente las sexuales, sino también las caricias, los besos, los abrazos) han de ser cotidianas y satisfactorias para ambos.


La pareja crece cuando cada día sentimos que vamos juntos en el mismo camino, comunicándonos desde el cuerpo y la palabra y compartiéndonos de forma incondicional. Establezcamos nuestro propio código basado en la comunión con Dios y la comunicación, la confianza, el respeto, la ternura y el placer entre nosotros


Arranquemos algunas malezas...


Existen algunas conductas, actitudes o pensamientos que operan como cizañas en nuestro jardín, por lo tanto no las debemos dejar crecer. Por ejemplo:


No esperar que mi cónyuge adivine lo que quiero y necesito, y que se adelante a mis deseos antes de formulárselos,

No competir por quién es más o menos, mejor o peor, quién le debe más o menos al otro, quién es el que más pone para mantener viva la pareja.

No ser infiel al proyecto en común. (Para no perjudicar a nuestro matrimonio hemos de mantenernos leales al compromiso adquirido, trabajar día a día en el jardín para reavivar ese proyecto común, intentar que esa ilusión inicial, ese amor crezca y la vida resulte gratificante para ambos.)


No acumular desaires, desacuerdos, enojos, reproches, faltas de respeto y desilusiones. (Efe. 4:26) (Por el contrario sacarlos a la luz y comentarlos pacíficamente)

No dudar ni celar al otro. (Las fisuras por falta de confianza suponen el inicio del resquebrajamiento de la pareja. Es difícil hacer crecer el amor hacia alguno de quien se duda.)

No formular nuestras necesidades y tristezas de mala manera, sino concisa y directamente, pero con humildad.

No practicar la ironía, el sarcasmo, la crítica destructiva, el grito, el insulto, la ridiculización, la descalificación, falta de respeto y la grosería al dirigirnos a nuestro cónyuge (Efe. 4:29-32, 5:1-2, 4, 19-20). La familiaridad no nos autoriza a ello. Las formas cuentan, y mucho.


No dejar de dar a las relaciones sexuales el lugar que Dios les dio (Gen. 1:28, Pro. 5:18-19, 1ª Cor. 7:4-5) y remitirlas a un plano secundario. Ellas son imprescindibles para el mantenimiento del compartir, de la confidencialidad y la ilusión en el matrimonio. La carencia de estas relaciones corporales “abona” la maleza del desánimo, la apatía en el diálogo y la tan destructiva infidelidad, convirtiendo nuestro jardín en un pastizal.


No llegar al desacuerdo. Hemos de hacer frente a tareas domésticas, gastos y otros cometidos familiares. Habrá que hablarlo y ver cómo vamos a organizar los gastos, la distribución de las tareas domésticas, la crianza de los hijos o, incluso, las vacaciones.

No dejar de creer que el matrimonio es cosa de dos que funcionan como uno. Que empieza por uno mismo y es por ello que debemos cuidarnos espiritual, física y anímicamente y hacer cada uno de su vida una experiencia rica espiritualmente, en situaciones y sensaciones nuevas; aportando riqueza a la relación. Cada uno tiene su propia vida y el matrimonio es la expresión de dos vidas que se unen para “ser una” (Gen. 2:24).


No nos cansemos de sembrar flores – Gal. 6:9


El hablar es fundamental, los silencios son perjudiciales, más si tienen significados negativos, guardan enojos duraderos y rencores acumulados. Pongamos un diálogo constante y la negociación: el consenso y los acuerdos. Ante la discrepancia de opiniones simples, la alternancia en las decisiones es una buena opción. Hoy eliges tú, mañana decido yo.


Desterremos el culparnos. Lo importante es mantener el buen ambiente y evitar los agravios o las desconsideraciones. No temamos los desencuentros ni las crisis, intentemos utilizarlos para fortalecer la relación. Unas buenas habilidades de comunicación nos sacarán de muchos atolladeros. Al desterrar hábitos perniciosos, empecemos con no echarnos culpas y pasemos a considerar global y lúcidamente qué parte de responsabilidad nos corresponde a cada uno en los hechos. Y a la más mínima duda, preguntemos.


Nada lo de por hecho o entendido. Ceder el paso a los sobreentendidos, los silencios acusatorios y las suposiciones genera maleza de desconfianza y distanciamiento que envenenan la relación que resultan difíciles de arrancar. Una pregunta, un comentario a tiempo, frena ansiedades y malestares y permite que fluya la comunicación.


Discrepancias profundas. Otra cosa es cuando surgen problemas serios como son las discrepancias profundas en temas esenciales, como el uso del dinero, relaciones con los parientes (llámense padres o suegros, hermanos o cuñados...) incompatibilidad de caracteres o costumbres, expectativas sobre el otro que requieren ayuda profesional que no es objeto de esta reflexión. De todos modos, estas propuestas son también útiles para encarar situaciones excepcionales o graves que deterioran gravemente la relación.

Dar y recibir. En el matrimonio, al igual que en toda relación, hay que dar y recibir. Hoy yo, mañana tú. Las desigualdades pueden dar lugar a situaciones de dominio que a largo plazo generan insatisfacción al menos en una de las dos partes. Y fundamentalmente...


Tengamos un tiempo devocional. Comencemos por crear dos tiempos, uno ä solas con el Señor”, en forma individual y otro matrimonial. Si este pudiera ser con un libro devocional especial para matrimonios mejor. Esto nos permitirá descubrir áreas que debemos conocer, aprender, profundizar o modificar con la ayuda de Dios.

http://www.poderygloria.com/zona_joven-23.html

Consecuencias de una mala imagen


Establece las fronteras de nuestros logros y limita nuestra realización. Si nos creemos poco en Cristo lograremos poco, pero si creemos positivamente, somos más capaces de alcanzar nuestro potencial en Cristo Jesús.

Tenemos una mala imagen de nosotros mismos cuando no nos podemos escapar de las actitudes e ideas negativas que tenemos de nosotros mismos. Si vivimos con éstas, entonces tres cosas tienden a suceder:

1. Nos falta confianza en nosotros mismos.
2. Somos incapaces de descubrir nuestro propósito en la vida.
3. Recibimos un sentimiento de rechazo, fracaso e inseguridad.

La mayoría de las personas intentan esconder quiénes son realmente porque sufren de estas cosas. Se ponen una máscara y esperan que la gente no descubra la persona real que hay debajo.

Algunas de las cosas que tales personas hacen para encubrir los problemas subyacentes, incluyen:
- Ser unos”bocones” para cubrir la falta de confianza en sí mismos.

- Andar con el grupo de moda “in” para cubrir su inseguridad.
- Sentirse inferiores, tímidos y reservados porque creen ser un fracaso.

Muchos de nuestros problemas sociales hoy día pueden surgir de una mala imagen de uno mismo; por ejemplo, alcoholismo, drogadicción, actividad criminal, rebelión, abuso de sexo, rotura matrimonial, vandalismo, violencia, etc.

Podemos engañar a otros, pero no podemos escondernos de Dios. El sabe quiénes somos, por tanto, no intentemos escondernos de El. Necesitamos entregar nuestras vidas en Sus manos y morir a nosotros mismos. Luego necesitamos vivir como El nos ve.

Tomado del libro Los fundamentos de la vida cristiana

http://www.poderygloria.com/zona_joven-19.html

No seas dinosaurio !!!


Hace unos 65 millones de años que los dinosaurios dejaron de vivir. Hay muchas versiones de por qué se extinguieron. Algunos científicos dicen que su vida fue desapareciendo debido a los efectos del impacto de un asteroide en la península de Yucatán, México. La caída del inmenso asteroide habría causado cambios químicos en la atmósfera de la tierra y estos habrían ocasionado un sin número de tormentas, lluvias ácidas, fuegos y vientos extremos que habrían probado ser demasiado fuertes y difíciles de sobrevivir para los dinosaurios. Lo cierto es que aunque la comunidad científica no se pone de acuerdo si en verdad hubo o no un súper asteroide, casi todos están de acuerdo en que los dinosaurios no supieron adaptarse a los cambios de circunstancias que les tocó al irse desarrollando su vida. Fuerte actividad volcánica, aluviones de lodo e increíbles lluvias sulfúricas que fueron quemando la vegetación y por ende arruinando la base de la cadena alimenticia de aquel entonces se hicieron cosa de todos los días y los dinosaurios empezaron a morir de hambre. Algunos dicen que al ir envejeciendo los dinosaurios se hacían demasiado pesados para escapar de fuegos o inundaciones de lava, requerían demasiado alimento en medio de tanta escasez o hasta que eran demasiado torpes para cazar animales más pequeños. Por todo esto otras especies sobrevivieron a estas crisis del planeta y los dinosaurios no.

Los científicos explican que todavía hoy la vida animal y vegetal en el mundo está sujeta a una regla que se llama "La supervivencia del más apto". La supervivencia del más apto es una ley que dice que aquel individuo que mejor se va adaptando al desarrollo de las circunstancias a su alrededor es aquel que sobrevive y aquel que no se adapta empieza a correr peligro de extinción. Los más aptos son los que no están desprevenidos de los peligros y estás lo suficientemente fuertes como para resistir ciertas circunstancias amenazantes.

¿Que me quieres decir?
Yo creo que la ley de la supervivencia del más apto también funciona en la vida espiritual. Si no resistimos a las tentaciones, si nos conformamos con parecer buenos y conservar una vida religiosa exterior que calle bocas pero que no nos siga transformando recurrentemente a la imagen de Cristo, pronto vamos a ser dinosaurios espirituales.

Serios problemas
Si no estamos lo suficientemente fuertes en el Señor nuestras vidas espirituales van a estar en serios problemas cuando exploten volcanes de problemas a nuestro alrededor o lluvias de crisis y desilusiones inunden nuestros pensamientos. Ahí se va a ver si sobrevivimos o si nos extinguimos. Si nos adaptamos a seguir creciendo aún en medio de circunstancias negativas o si cedemos y nada más nos hacemos victimas de los cambios a nuestro alrededor.

Extraído del libro "No seas Dinosaurio" por Lucas Leys de editorial Certeza www.certezajoven.com.ar

¿Cómo reconocer a los verdaderos amigos?


Proverbios 17:17 dice: "En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia." Esto nos señala una característica fundamental de un verdadero amigo: la fidelidad. "En todo tiempo ama el amigo".

La amistad –como todas las cosas verdaderas– no se halla en el mundo. O difícilmente. La amistad en el mundo suele sustentarse sobre intereses particulares, sobre conveniencias. La verdadera amistad, en cambio, es una confraternidad. Es decir, es la relación "de hermanos" que se produce entre personas sin parentesco de sangre.

Este es el "amor fraternal" que Pedro pone casi al final de la escalera de las virtudes cristianas (2 Ped.1:5-7). Es el amor de hermanos que da su característica a la iglesia de Filadelfia.

Ahora bien, una de las características de este amor es su fidelidad. Este amigo no te abandona en el día malo, o cuando tú ya no eres próspero. No te desconoce cuando has perdido tu buena posición económica.

Al contrario, este amigo fiel te levanta cuando has caído, y te socorre en la aflicción. "Es como un hermano en tiempo de angustia." Precisamente es en el dolor es cuando la amistad es probada. Si es verdadera, el tal amigo será más noble, más desinteresado, y más generoso precisamente en ese momento.

Otros rasgo que caracteriza al verdadero amigo está dado en Proverbios 27:6: "Más se puede confiar en el amigo que hiere que en el enemigo que besa" (Versión Popular).

El verdadero amigo "hiere". ¿Qué significa eso? Que el verdadero amigo nos dirá la verdad aunque nos duela. Nos sacará de nuestro engaño, nos derribará de nuestras presunciones, pondrá una nota de cordura en nuestros momentos de necedad.

El verdadero amigo se expone, incluso, a ser incomprendido, pero por causa de que su amor es altruista y desinteresado, dirá la verdad, aunque duela.

Los falsos amigos nos adulan, nos palmotean la espalda, sólo con el fin de obtener algún provecho. Es preciso estar apercibidos contra tales artimañas, para no caer en el engaño.

El Señor Jesús es el mejor amigo del hombre. El dijo a los discípulos: "Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer" (1 Juan 15:15).

El murió por todos los hombres, para salvarlos de la condenación eterna. Esa es la prueba de amor genuino. Pero, aun más allá, a sus íntimos, a los que le han recibido y le aman, Él los honra tremendamente al declararlos sus amigos.

Estos deberían sólo conocerle como Señor, porque no olvidan su pequeñez, sin embargo, ellos saben en lo íntimo de su corazón que, si hacen su voluntad, pueden considerarle su amigo. ¿No es maravilloso?

Juan 13:1 dice: "Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin." Esta última frase puede traducirse también "hasta el extremo", o "hasta lo sumo").

El verdadero amigo ama hasta el fin, hasta lo sumo. ¿Qué significaba eso para el Señor Jesús? Amar a sus amigos hasta dar la vida por ellos. "Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos" (Juan 15:13). Este es el verdadero amor fraternal.

Teniendo este ejemplo sublime, podemos ver si calza con él cualquier otra forma de supuesto amor o amistad. Habiéndolo probado en nuestra propia vida, podremos distinguir claramente cuál es el la amistad verdadera, y cuál no lo es.

http://www.poderygloria.com/zona_joven-53.html

Tienes mucho para dar , eres importante




Tomado del libro: "Este es tu tiempo"
Editorial Peniel



Dios tiene un camino de preparación. Pero no es lo que hacemos lo que trae paz y una sensación de plenitud. Es quiénes somos y a quién amamos.

Al fin de los años ochenta, Phil Jackson pasaba por cierta crisis vocacional. Sus años de jugar básquet habían terminado, ahora quería dirigir, pero no había propietario dentro de la liga que lo quisiese como su entrenador.

Phil era una clase de individuo incómodo, que vivía el estilo hippie de los setenta en una década donde los negocios proliferaban. Era algo excéntrico. A los propietarios de los equipos les era difícil pensar que pudiese crear uno ganador.

Consecuentemente, Phil hizo lo que la mayoría de los hombres de mediana edad hacen al enfrentarse con una crisis vocacional: van a consejería vocacional, lo que significa tomar un test que relaciona las habilidades y deseos con la profesión adecuada.

Puedo imaginarme la reacción de Phil cuando obtuvo los resultados. Su perfil personal sugería que las dos principales vocaciones para él deberían ser ¡ama de casa y guía de expediciones!

A pesar del comienzo desfavorable de Jackson, un propietario de un equipo, Jerry Krause, decidió darle una oportunidad en los Chicago Bulls. En una década, Phil se convirtió en uno de los directores técnicos más exitosos de toda las historia de la NBA, pues obtuvo extraordinariamente seis campeonatos en solo nueve años con los Bulls.

Muchos jóvenes piensan que la gente con mucho éxito nació así. Se imaginan que el camino al éxito es una caminata fácil y que la persona sabía desde el primer día hacia dónde se dirigía.

Parte de vivir nuestro tiempo significa encontrar el lugar correcto para hacerlo, y eso no siempre es fácil. Yo creo que cada uno nace con un don en particular. No todos saben cuál es ese don, pero sin duda Dios te ha dado algo que traerá gloria a su nombre.

Hay una gran diferencia entre una misión y una ambición. ¿Tratas de lograr tus sueños porque es lo que Dios desea que hagas, o tratas de lograrlo simplemente porque es lo que tú quieres hacer? Ambos pueden ir de la mano, por supuesto.

Yo realmente quería tocar música y creía que Dios deseaba eso para mí también. Pero yo sostenía mis sueños con mis manos abiertas. Estaba dispuesto a que Dios se los llevase, porque sabía que hacer discos no me traería satisfacción; solo la obediencia a la voluntad de Dios puede traerla.

Encontrando tu lugar

En su libro, Encontrando la voluntad de Dios, Bruce Walke nos da un beneficioso examen de seis partes.
Nos insta a deshacernos de aquellas cosas como "poner un vellón". Si conocen la historia bíblica de Gedeón recordarán que Dios le pidió a Gedeón ir a la batalla.

Como deseaba asegurarse de que Dios le hablaba, Gedeón puso un vellón de oveja durante la noche, y le pidió a Dios que la tierra estuviese seca y que el vellón estuviese mojado por el rocío. Al despertarse, la tierra estaba completamente seca, pero pudo exprimir un tazón de agua del vellón.

Aún inseguro, Gedeón decidió asegurarse y le pidió a Dios que la tierra estuviera mojada y el vellón seco. Al despertarse la mañana siguiente fue exactamente como había orado. No podía dudar acerca de la voluntad de Dios.

Hoy, muchos cristianos hacen algo similar. Oran: "Dios, sabré que me estás llamando a ir a un viaje misionero este verano si tal o cual persona me llama esta noche". Ponemos pequeñas pruebas para ver si Dios nos guiará en una dirección en particular.

El problema más grande con esto es que la Biblia lo presenta a Dios como muy paciente con Gedeón, pero en ningún lugar sugiere que el pedido de Gedeón es el modelo de cómo debemos tomar nuestras decisiones.

De hecho, todo el consejo de la Biblia nos insta a no tomar decisiones de esta manera. El libro de Proverbios nos pide que busquemos "sabiduría" y "entendimiento", dos herramientas mucho más valiosas que dejar un vellón.

Walke dice que una manera más bíblica de tomar decisiones es tomar un proceso a largo plazo que incluye seis pasos.

Primero, debemos leer nuestra Biblia constantemente. Esto entrena nuestra mente para pensar bíblicamente. Aquí no hay atajos. Al leer la Palabra de Dios, llegamos a un mejor entendimiento de sus principios y su sabiduría.

Segundo, una vez que nos hemos entrenado con las Escrituras y la oración, comenzaremos a desarrollar un corazón cercano a Dios. Con este corazón podremos discernir la guía de Dios.

Luego podemos discernir la voluntad de Dios a través del tercer paso: recibir sabio consejo. Necesitamos el consejo prudente de personas más sabias y experimentadas que nosotros.

El cuarto paso para determinar la voluntad de Dios es el buscar la providencia divina. ¿Te abre las puertas Dios, o acaso se cierran en tu cara? Hay veces que tendrás que abrir muchas puertas cerradas, pero si Dios te guía, eventualmente la puerta correcta se abrirá.

Quinto, podemos aplicar el sabio juicio. Esto simplemente se logra al preguntarnos: "¿Tiene sentido esta decisión?" Haz las siguientes preguntas: ¿Mi decisión encaja con las enseñanzas bíblicas? ¿Estoy dotado en el área en la que quiero desarrollarme? ¿Me permiten mis circunstancias desarrollarme en este camino? ¿Tiene sentido a la luz de mi estrategia total de vida y mi llamado?

Finalmente, el sexto paso es aceptar deseoso la intervención divina. Dios te guiará en los primeros cinco pasos, te otorgará grandes libertades para escoger dentro de ese ámbito. ¿Estás dispuesto a que Dios entre y bloquee el camino, y te dirija en una nueva dirección?

Sé paciente contigo, sostén tus sueños no cumplidos con tus manos abiertas. He descubierto que lo que más ayuda es trabajar para quitar mi propia voluntad, para que la voluntad de Dios pueda ser hecha.

Finalmente, no es lo que hacemos lo que trae paz y una sensación de plenitud. Es quiénes somos y a quién amamos. Edifica estas dos áreas en tu vida y seguramente hallarás tu lugar en este mundo

Lo nuevo - Simon (Cueva juego!)