miércoles, junio 18, 2008

Pantalones Mojados


Un niño de nueve años está ubicado en su pupitre y, de repente, hay un charco a sus pies y la parte de adelante de sus pantalones está mojada. Piensa que su corazón se va a detener, porque no puede imaginarse como esto pudo haber sucedido. Nunca antes le había pasado; y sabe que cuando los niños se den cuenta no habrá final. Cuando las niñas se den cuenta, no volverán a hablarle mientras viva.

El niño piensa que su corazón se va a detener; agacha la cabeza y dice esta oración: “Querido Dios, esta es una emergencia! Necesito ayuda ahora! Dentro de cinco minutos estoy muerto”. Al levantar la cabeza después de su oración, ve venir a la maestra con una mirada que dice que ha sido descubierto.
Mientras la profesora camina hacia él, una compañera de nombre Susie va cargando un pez dorado en un acuario lleno de agua. Susie se tropieza frente a la profesora e inexplicablemente derrama toda el agua en el regazo del muchacho.
El niño aparenta estar enojado, pero al mismo tiempo está diciendo dentro de sí: “Gracias, Señor! Gracias, Señor”. Ahora, de repente, en lugar de ser ridiculizado, el niño es objeto de simpatía. La profesora lo lleva rápidamente abajo y le hace poner unos shorts de gimnasia mientras se secan sus pantalones. Todos los otros niños están arrodillados limpiando alrededor de su pupitre. La simpatía es maravillosa. Pero como así es la vida, el ridículo que le habría tocado enfrentar fue pasado sobre alguien más - Susie. Ella trata de ayudar, pero le dicen que se quite. Has hecho suficiente, 'torpe'!
Al final de la jornada, mientras están esperando el bus, el niño se dirige a Susie y, en un murmullo dice: 'Lo hiciste a propósito, verdad?' Susie le responde, también en un murmullo: 'Yo también me oriné en los pantalones una vez'. Que Dios nos ayude a ver las oportunidades de hacer bien que siempre están alrededor de nosotros...

Nuestro Pan Diario - Una invitación a la amistad


Crecí en un hogar lleno de placas colgadas en las paredes. Una de ellas contenía una cita del poeta Claude Mermet que se destaca en mi mente: «Los amigos son como los melones; permíteme decirte por qué: Para encontrar uno bueno, ¡primero hay que probar cien!»

La mayoría de nosotros puede identificarse con eso. Es difícil encontrar buenos amigos. Me pregunto si Dios alguna vez se siente así con respecto a nosotros. De todas las personas en el Antiguo Testamento, sólo a uno se le llamó alguna vez Su amigo. En Isaías 41:8, Dios dice que eligió a Jacob, quien era un descendiente de «Abraham, Mi amigo». ¡Un club bastante exclusivo! Así que puedes imaginarte lo sorprendente que fue para los discípulos escuchar decir a Jesús, «ya no os llamaré siervos, . . . pero os he llamado amigos» (Juan 15:15).

Mejor aún, también nos los dice a nosotros. Así que, ¿cómo es la amistad con Jesús? Comienza con un compromiso. Él dijo: «Vosotros sois Mis amigos, si hacéis lo que Yo os mando» (v. 14). Luego añadió la dinámica de la comunicación. Prometió decirnos todo lo que el Padre le ha dicho (v. 15). ¿Estás escuchando? Y, como Sus amigos, comenzamos a llevar fruto (v. 16), compartiendo características en común con Él al reflejar Su gloria en nuestras actitudes y acciones (2 Corintios 3:18).

¡Jesús te da la bienvenida a recibir el privilegio de la amistad con Él! ¿Eres Su amigo? -JMS

Bienvenido al privilegio de la amistad con Dios.

EL CADÁVER DE UNA CONCIENCIA


Ocurrió en una cárcel de Colombia durante la época de violencia y ruina civil que azotó al hermano país hace algunos años. Es, sin embargo, uno de esos casos más parecidos a la época presente que a cualquier otra.

Uno de los más empedernidos criminales, Antonio Rangel, había sido encarcelado por los múltiples delitos que había cometido. Tan escandalosos e inmorales eran que la prensa misma no se atrevía a publicarlos.


Mientras Rangel estaba en la cárcel, llegó a verlo su padre, un anciano de cabeza blanca. Tenía el semblante marcado por el sufrimiento y el rostro surcado de arrugas. El anciano venía para contarle a su hijo la horrible muerte que había sufrido la madre del prisionero, perpetrada por una banda de asaltantes.

El hombre contó, con todos los pormenores, la dolorosa agonía que había padecido la indefensa anciana. Sin embargo, su hijo, aun con el vívido relato, no dio muestras de dolor.

Al ver el anciano el rostro inexpresivo de su hijo, endurecido por los años y el crimen, le preguntó llorando:

—¿Es posible, hijo mío, que no te conmueve ni el hecho de saber que tu madre fue asesinada?

—Bueno —contestó insensible Rangel—, así he matado yo mismo a muchas mujeres como ella.

Esta insensibilidad la han sabido captar a la perfección en sus versos nuestros mejores poetas. Uno de ellos la vertió en los siguientes versos, a modo de proverbio:

No son muertos los que en dulce calma
la paz disfrutan de la tumba fría.
Muertos son los que tienen muerta el alma
y viven todavía.

El poeta tenía razón al decir que los únicos muertos no son los que yacen en la tumba. También están muertos los que en vida tienen muerta el alma.

El concepto de muerte en vida lo había establecido ya la Palabra de Dios. La Biblia dice que el hombre sin Cristo está muerto en sus delitos y pecados, y añade que la única manera de obtener la vida verdadera es tomar el camino que es Cristo. Cristo dijo: «Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie llega al padre sino por mí» (Juan 14:6).

Las palabras del apóstol Pablo también llegan al caso: «Despiértate, tú que duermes, levántate de entre los muertos, y te alumbrará Cristo» (Efesios 5:14). Sólo Cristo puede dar vida a los que por la fe lo buscan. Por más muerta que tengamos la conciencia, Cristo nos revive con su gracia bendita. Él quiere y puede darnos nueva vida. Rindámonos a Cristo el Señor.

escrito por el Hermano Pablo

Reflexiones - Más Poder


Había en mi casa cierta batería cuya función era dar energía para hacer tocar los timbres en diferentes cuartos.

Conociendo poco de electricidad, pensé: Puesto que la fuerza que toca las campanillas, es poder eléctrico, puedo conectar con él los focos de la luz y tener luz en mi estudio. Hice la instalación y la conecté con los alambres de los timbres.

Di vuelta al interruptor pero sin producir sino una luz débil y prácticamente inútil. Consulté con un electricista quien me dijo: “¿No sabe usted que necesita mas poder para producir luz en esta clase de bombillas que para efectuar ruido haciendo tocar los timbres?”

“¡Más poder para hacer luz que para hacer ruido!” exclamé.

Así se necesita más poder para alumbrar delante de quienes nos rodean y vean la luz de Jesús en nuestra vida y glorifiquen a nuestro Padre que está en los Cielos, que para hablar o figurar en muchas organizaciones.

Lucas 8:16
Nadie que enciende una luz la cubre con una vasija, ni la pone debajo de la cama, sino que la pone en un candelero para que los que entran vean la luz.

Juan 1:5
La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.

Juan 8:12
Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo;el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.

renuevodeplenitud.com

Lo nuevo - Simon (Cueva juego!)