jueves, junio 12, 2008

El Pirata


Un día, la señora Robles se encontraba en la sala de espera de su médico cuando un niño y su madre entraron al consultorio, el niño llamó la atención de la señora Robles porque llevaba un parche sobre el ojo. Se sorprendió al ver qué poco parecía importarle la pérdida de un ojo, y lo observó mientras seguía a su madre a la silla más cercana.

Aquel día el consultorio del médico estaba lleno, así que la señora Robles tuvo la oportunidad de conversar con la madre del niño mientras él jugaba con sus soldados.



Al principio, el niño se mantuvo en silencio, jugando con los soldados sobre el brazo de la silla, luego se trasladó silenciosamente al piso, lanzando una mirada a su madre. En algún momento la señora Robles tuvo ocasión de preguntarle al niño qué le había sucedido en el ojo. El niño consideró la pregunta durante largo rato y luego, levantando el parche, replicó,:
"No tengo nada en el ojo. ¡Soy un pirata!" Después regreso a su juego.

La señora Robles se encontraba allí porque en un accidente automovilístico había perdido una pierna desde la rodilla. La cita de aquel día era para determinar si estaba lo suficientemente curada como para acomodar una prótesis.

La pérdida había sido algo devastador para ella. Aun cuando se esforzaba por ser valiente, se sentía como una inválida; racionalmente sabía que esta pérdida no interfería con su vida, pero emocionalmente no podía superar este obstáculo. Su médico le había sugerido visualizaciones que le ayudaran a aceptar su situación, y ella lo había intentado, pero no podía imaginarse de una manera perdurable y emocionalmente aceptable. En su mente se veía como una inválida.

Ahora, la palabra "Pirata" cambio su vida. De inmediato se sintió transportada, se vio vestida como el Corsario Negro, a bordo de un barco pirata, estaba de pie con las piernas separadas y una de ellas era una pata de palo, sus manos estaban aferradas a las caderas, su cabeza y hombros erguidos, y sonreía frente a la tormenta. Los vientos tempestuosos azotaban su casaca y su cabello. Un rocío helado barría la balaustraba de cubierta mientras grandes olas se rompían contra el barco. El navío se mecía y gemía bajo la fuerza de la tormenta. Pero ella permanecía firme orgullosa, impertérrita. En aquel momento, esta imagen sustituyó a la de la inválida y recobró su valor. Miró al niño, ocupado con sus soldados.

Pocos minutos más tarde la llamó la enfermera. Mientras se balanceaba en sus muletas, el niño advirtió su amputación. "Oiga, señora, ¿qué le pasó a su pierna?" La madre del niño estaba mortificada. La señora Robles contempló por un momento su pierna más corta. Luego respondió con una sonrisa: "Nada. Yo también soy pirata".


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Atrapados en Solterilandia - Capitulo 2


Una historia de la vida interdiaria, escrita originalmente en español
y doblada al castellano.




Luego de una extensa y agotadora semana, nutrida de diferentes
actividades eclesiásticas, llegó el domingo por la tarde, después de
un glorioso jubileo en la iglesia local, Marino del Río Dulce, mejor
conocido como El Soltero de la Mancha en la Camisa, se reunió con su
amigo y hermano en la fe, Juvencio Agua de Pozo, en el colmado
Betsaida, atendido por Julio Vientos del Este, diácono de la iglesia
de Marino.

- Dios te bendiga, Marino.

- Amen, Juvencio.

- ¿Qué hay de nuevo? Dijo Marino.

- Voy a tomar clases de piano, respondió Juvencio.

- Y ¿Para qué?

- Para conseguirme una novia.

- Explícate mejor, dijo Marino.

- Lo que pasa es, que a muchas doncellas les gustan los músicos.

Mi amigo Fidel, de la Iglesia Pecadores Arrepentidos, toca la

guitarra, y una joven se enamoró de él y, hoy día son novios.

- Y ahora tú crees que te va a funcionar a ti también.

- Sí, eso funciona, a muchas siervas les encantan los ministros de

la música, contestó Juvencio.

- O sea, que si yo aprendo a tocar el pandero, ¿Las doncellas

pelearán por mi amor? Preguntó Marino.

- No exageres, por lo menos aprende guitarra o batería, respondió

Juvencio.

- Ese método no me gusta, prefiero seguir escribiendo poemas

hasta que encuentre a una doncella triple A. Dios te bendiga,

Juvencio nos vemos luego.

- Amen, Marino.


… Usted sintoniza Radio Enamórate, te acompaña tu hermano Víctor
Victorioso, y ahora escucharemos la canción Es Cosa de Dos, en la voz
Patty Cabrera, disfrútala. Al ritmo de esta canción una hermosa
doncella, leía un libro en la sala de su casa. Es Rosa Margarita
Flores del Jardín. Ella reúne las condiciones para convertirse en una
doncella triple A. Su congregación confraterniza con la de Marino del
Río Dulce, mejor conocido como El Soltero de la Mancha en la Camisa,
pero ellos no se conocían, hasta que sus miradas se encontraron a la
salida del culto mensual de la confraternidad de jóvenes, y se
saludaron como hermanos en Cristo que son, y sin preguntarse nada más,
cada uno siguió su camino. Ella no tiene novio, y está esperando en
Dios, a un joven que la ayude y que la entienda. Bueno, lo último es
negociable.

felizmentesoltero.blogspot.com

Reflexiones - Reportándose


Una vez un Ministro cristiano estaba dando un recorrido por el Templo al mediodía… al pasar por el altar decidió quedarse cerca para ver quién había venido a orar. En ese momento se abrió la puerta; el Ministro frunció el entrecejo al ver a un hombre acercándose por el pasillo; el hombre estaba sin afeitarse desde hace varios días, vestía una camisa rasgada, tenía el abrigo gastado cuyos bordes se habían comenzado a deshilachar. El hombre se arrodilló, inclinó la cabeza, luego se levantó y se fue.

Durante los siguientes días el mismo hombre, siempre al mediodía, estaba en la Templo cargando una maleta… se arrodillaba brevemente y luego volvía a salir.



El ministro un poco temeroso, empezó a sospechar que se tratase de un ladrón, por lo que un día se puso en la puerta del Templo y cuando el hombre se disponía a salir le preguntó: “¿Qué haces aquí?”.

El hombre dijo que trabajaba cerca y tenía media hora libre para el almuerzo y aprovechaba ese momento para orar, “sólo me quedo unos instantes, sabe, porque la fábrica queda un poco lejos, así que sólo me arrodillo y digo: “Señor, solo vine nuevamente para contarte cuán feliz me haces cuando me liberas de mis pecados… no sé muy bien orar, pero pienso en Ti todos los días… así que Jesús, este es José Luis reportándose”.

El Ministro sintiéndose un poco avergonzado, le dijo a José Luis que estaba bien y que era bienvenido a la Templo cuando quisiera.

El Ministro se arrodilló ante el altar, sintió derretirse su corazón con el gran calor del amor y encontró a JESÚS, mientras lágrimas corrían por sus mejillas; en su corazón repetía la plegaría de José Luis:

“SÓLO VINE PARA DECIRTE, SEÑOR, CUÁN FELIZ FUI DESDE QUE TE ENCONTRÉ A TRAVÉS DE MIS SEMEJANTES Y ME LIBERASTE DE MIS PECADOS… NO SÉ MUY BIEN COMO ORAR, PERO PIENSO EN TI TODOS LOS DÍAS… ASÍ QUE, JESÚS, SOY YO REPORTÁNDOME”.

Cierto dÍa el Ministro notó que el viejo José Luis no había venido. Los días siguieron pasando sin que José Luis volviese para orar. Continuaba ausente, por lo que el Ministro comenzó a preocuparse, hasta que un día fue a la fábrica a preguntar por él; allí le dijeron que él estaba enfermo, que pese a que los médicos estaban muy preocupados por su estado, todavía creían que tenía oportunidad de sobrevivir.

La semana que José Luis estuvo en el hospital trajo muchos cambios, él sonreía todo el tiempo y su alegría era contagiosa.

La enfermera jefe no podia entender porqué José Luis estaba tan feliz, ya que nunca había recibido ni flores, ni tarjetas, ni visitas.

El Ministro se acercó al lecho de José Luis con la enfermera y ésta le dijo, mientras José Luis escuchaba:

“Ningún amigo ha venido a visitarlo, él no tiene a dónde recurrir”. Sorprendido el viejo José Luis dijo con una sonrisa:

“La enfermera está equivocada… pero ella no puede saber que TODOS LOS DÍAS, desde que llegué aquí, a mediodía, y aunque no lo veo puedo ver, estoy seguro que un querido amigo mío, se sienta aquí en la cama, me agarra las manos, se inclina sobre mí y casi puedo escucharle decir: “SÓLO VINE PARA DECIRTE, JOSE LUIS, CUÁN FELIZ FUI DESDE QUE ENCONTRÉ TU AMISTAD Y TE LIBERÉ DE TUS PECADOS. SIEMPRE ME GUSTÓ OIR TUS ORACIONES, PIENSO EN TI CADA DÍA… ASÍ QUE JOSE LUIS, ESTE SOY YO, JESÚS, REPORTÁNDOSE”.

Hebreos 13:5 “No te desampararé ni te dejaré”
Josué 1:9 “9 Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque el Señor, tu Dios, estará contigo donde quiera que vayas».”

renuevodeplenitud.com

Nuestro Pan Diario - Elemental!!


Lectura: Salmo 139:1-6

En un reciente viaje a Londres subimos por la salida de la estación del metro que da a la Calle Baker, donde nos dio la bienvenida una estatua de tamaño natural del legendario detective Sherlock Holmes. Creado por el novelista Sir Arthur Conan Doyle, Holmes era un genio investigador quien rutinariamente podía evaluar pistas aparentemente al azar y resolver el misterio.

Desconcertado por la asombrosa brillantez, su compañero, el Dr. Watson, pedía una explicación, a lo que Holmes respondía con mucha labia: «¡Elemental!», y luego procedía a revelar la solución.

Sería maravilloso que la vida funcionase así. Muy a menudo, enfrentamos eventos y circunstancias que son mucho más desconcertantes que un misterio de Sherlock Holmes. Luchamos por resolver nuestra vida, pero siempre parecemos quedarnos cortos.

En momentos como éstos, es consolador saber que tenemos un Dios que no necesita evaluar la situación -Él ya lo sabe todo perfectamente. En Hechos 15:18 leemos: «Dice el Señor, que hace conocer todo esto desde tiempos antiguos». Él nunca tiene que preguntarse o recurrir al razonamiento inductivo.

A pesar de nuestra naturaleza finita, nuestras vidas descansan en las manos de Aquel que sabe todos los qués, porqués, y cuándos que alguna vez enfrentaremos. Al confiar en el Señor, Él nos guiará en el camino que desea que tomemos -y Su camino nunca es el equivocado. -WEC


En un mundo de misterio, es un consuelo conocer al Dios que sabe todas las cosas.

Lo nuevo - Simon (Cueva juego!)