viernes, mayo 30, 2008

Multa por exceso de velocidad


Romanos 3:9-20
Llevaba 34 años conduciendo en Singapur, ¡cuando recibí mi primera multa por exceso de velocidad! No era la primera vez que excedía el límite de velocidad, pero sí la primera en que me multaban por hacerlo.
Mi primera reacción fue de indignación. Pero, al contemplar la lección espiritual, me di cuenta de que, sin importar cuánto tiempo había estado conduciendo sin una multa, seguía siendo responsable.

Si puedo quebrantar una ley tan claramente definida como un límite de velocidad, piensa en lo fácil que es quebrantar la ley perfecta de Dios, la cual abarca cada aspecto de la vida. Nadie, sin importar lo moral o fervientemente religioso que sea, puede guardarla perfectamente.

Pablo escribió: «Ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de Él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado» (Romanos 3:20). Guardar la ley no puede salvarnos; más bien, por medio de la ley llegamos a estar conscientes de nuestro pecado (3:7-12). Esa es la razón por la que Dios envió a Su Hijo a salvarnos. Necesitamos la justicia de Jesús, porque no podemos ser justificados por medio de nuestras buenas acciones. Pablo concluyó que somos «justificado[s] por fe sin las obras de la ley» (v. 28).

Si has puesto tu fe en Cristo, puedes decir junto con Pablo: «Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, y cuyos pecados son cubiertos. Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado» (Romanos 4:7-8). -CPH


La ley de Dios nos muestra una necesidad que sólo la gracia de Dios puede proveer.

SE BUSCA: Un Joven con un corazón conforme al de Dios


Aqui va el resumen Uno de mis mayores deseos, y por lo que lucho dia a dia es, tener un corazón conforme al de Dios. Sé que no es una tarea fácil pero si David en aquel tiempo lo logró, con todas sus limitaciones, complejos, debilidades, sé que yo también podré, no se trata de hacer muchas cosas para Dios, se trata de una sola, y es lo que quiero compartir esta vez contigo

1. DIOS BUSCA UN JOVEN QUE PUEDA ORAR COMO DANIEL


Cuando leemos Daniel 6:1-10 entendemos que Dios necesita gente que pueda orar como Daniel, que en medio de la diferencia, peligro, etc encontramos respuestas de parte de Dios.

Los gobernadores y sátrapas buscaban motivos para acusar a Daniel, pero no hallaban. v.5

Cuando Daniel supo del edicto hizo lo siguiente: v.10

o Entró a su casa, y no hizo alborotos

o Abrió las ventanas de su casa y oraba 3 veces al día (como antes) -> esto nos habla de la manera de vivir de este hombre, no era un asunto del momento, una emoción que experimentó, sino su actitud constante de búsqueda de Dios.

o Oraba de rodillas (humillación, reconocimiento, gratitud). Cuanto te esta haciendo falta tener buenos momento de rodillas delante de Dios, y alcanzar las victorias que necesitas a los pies del maestro?

2. DIOS BUSCA UN JOVEN QUE PUEDA SOPORTAR PRESIÓN COMO JOB


Cada vez que hablo de la presión no deja de venir a mi mente cuando un joven llorando con su abuela, me entregó una soga con la cual intentó suicidarse. Que alegría para mi saber que Dios le había dado otra oportunidad, pero que triste saber que nuestros jóvenes cada vez mas toman decisiones fáciles, atajos que los llevan a la muerte. Job es un ejemplo, de que en medio de la presión, aun cuando hayas perdido todo lo que tienes, puedes mantenerte firme y refugiarte en los brazos de Dios Padre. ¡NO te rindas…!

Job 1 - 2:10

Job era un hombre:
o -Perfecto y recto –Temeroso de Dios –Apartado del mal

o -El mas importante de todos los orientales, con muuucho dinero

Pero un dia pareció que todo se vino abajo… ¡perdieron todas sus posesiones!
A pesar de todo lo que estaba pasando, mantuvo su “integridad (integridad= no hace falta nada)” Lloro, pataleó, calmó, reclamó… pero no maldijo a Dios.
Inclusive su mujer le dijo: “Aun te mantienes en tu integridad? Maldice a Dios y muérete mejor”
o Pero Job no pecó delante de Dios

· Quien te presiona a ti?

-Tal vez a hacer cosas que no debes, cosas que no honran a Dios

· Tu solo no podrás soportar la presión:

Capitulo 42: 2 = “Reconozco que todo lo puedes”

Filipenses 4:13 = “Todo lo puedo en Cristo…”

3. DIOS BUSCA UN JOVEN CON LA SENSIBILIDAD DE PEDRO


Hechos. 2:1-20, 6:8-12, 7:55-60.

Cuando llegó el día de pentecostés sucedieron varias cosas importantes que podríamos resaltar. Una de ellas es que Pedro demostró un gran celo y sensibilidad por el Espiritu Santo de Dios. Cuando el Espíritu Santo tomó control de la lengua de muchos presentes:

· Le gente se burlaba, decían que estaban borrachos


Que increíble que los discípulos de Jesús estaban presenciando esa burla al poder de Dios…
“Excepto Pedro”->cuando Pedro escuchó aquello “Se levantó y alzó su voz…” v.16-41
Mira que interesante, ya Dios había planeado utilizar a Pedro, aquel hombre que muchas veces le sacó las canas a Dios, pero por esa sensibilidad tres mil personas se convirtieron a Jesús.
El evangelio de Dios es poder, y cuando eres sensible a Dios y haces lo que el te indique hacer lograras muchas cosas en El. Se cumple lo que dice “No me avergüenzo del evangelio…” en Romanos1:16

4. DIOS BUSCA UN JOVEN QUE TENGA UN CORAZON COMO EL DE DAVID



Por qué un corazón como el de David? Que tenia David de especial que no tenga esta generación de jóvenes? Realmente tenía una actitud de rendición delante de Dios. David cometió muchos errores, los cuales le costaron mucho de parte de Dios, pero siempre hubo una acción de humillación, en la cual se arrepentía porque si algo anhelaba David era agradar a Dios.

· Recuerda como David fue levantado por Dios en 1 Samuel 16

A. Ya Saúl no iba a ser más el Rey de Israel

Dios escogió a uno de los hijos de Isaí, ¿Cual era?
El mayor, el mas fuerte?
El segundo, el mas inteligente?
El tercero, el mas hábil? etc
No, realmente Dios no estaba interesado ni aun tampoco en lo externo…
Dios escogió al menor, el pastor de las ovejas. A pesar de que era el menor, el pastor de ovejas, el menospreciado -> Fue el ungido de Jehová
“No mires lo que esta delante de tus ojos”
Dios mira tu corazón
Recuerda que:




“Dios anhela tu vida, entonces, sobre toda cosa guardada guarda tu corazón, porque de él mana la vida” Proverbios 4:23

Renuevodeplenitud.com

Reflexiones - El día en que Jesús guardó silencio


Aún no llego a comprender cómo ocurrió, si fue real o un sueño. Solo recuerdo que ya era tarde y estabá en mi sofá preferido con un buen libro en la mano. El cansancio me fue venciendo y empecé a cabecear…

En algún lugar entre la semi-inconsciencia y los sueños, me encontré en aquel
inmenso salón, no tenía nada en especial salvo una pared llena de tarjeteros, como los que tienen las grandes bibliotecas. Los ficheros iban del suelo al techo y parecía interminable en ambas direcciones

Tenían diferentes rótulos. Al acercarme, me llamó la atención un cajón titulado: “Muchachas que me han
gustado”. Lo abrí descuidadamente y empece a pasar las fichas. Tuve que detenerme por el impresión, había reconocido el nombre de cada una de ellas: ¡se trataba de las muchachas que a MÍ me habían gustado!

Sin que nadie me lo dijera, empecé a sospechar de donde me encontraba. Este inmenso salón, con sus interminables ficheros, era un crudo catálogo de toda mi existencia.

Estaban escritas las acciones de cada momento de mi vida, pequeños y grandes detalles, momentos que mi memoria había ya olvidado.

Un sentimiento de expectación y curiosidad, acompañado de intriga, empezó a recorrerme mientras abría los ficheros al azar para explorar su contenido.

Algunos me trajeron alegría y momentos dulces; otros, por el contrario, un sentimiento de vergüenza y culpa tan intensos que tuve que volverme para
ver si alguien me observaba.

El archivo “Amigos” estaba al lado de “Amigos que traicioné” y “Amigos que abandoné cuando más me necesitaban”.

Los títulos iban de lo mundano a lo ridículo. “Libros que he leído”, “Mentiras que he dicho”, “Consuelo que he dado”, “Chistes que conté”, otros títulos eran: “Asuntos por los que he peleado con mis hermanos”, “Cosas hechas cuando estaba molesto”, “Murmuraciones cuando mamá me reprendía de niño”, “Videos que he visto”…

No dejaba de sorprenderme de los títulos.
En algunos ficheros habían muchas
mas tarjetas de las que esperaba y otras veces menos de lo que yo pensaba.
Estaba atónito del volumen de información de mi vida que había acumulado.

¿Sería posible que hubiera tenido el tiempo de escribir cada una de esas millones de tarjetas? Pero cada tarjeta confirmaba la verdad. Cada una
escrita con mi letra, cada una llevaba mi firma.

Cuando vi el archivo “Canciones que he escuchado” quedé atónito al descubrir que tenía más de tres cuadras de profundidad y, ni aun así, vi su fin. Me sentí avergonzado, no por la calidad de la música, sino por la gran cantidad de tiempo que demostraba haber perdido.

Cuando llegué al archivo: “Pensamientos lujuriosos” un escalofrío recorrió mi cuerpo. Solo abrí el cajón unos centímetros.. Me avergonzaría conocer su tamaño. Saqué una ficha al azar y me conmoví por su contenido. Me sentí asqueado al constatar que “ese” momento, escondido en la oscuridad, había quedado registrado… No necesitaba ver más…

Un instinto animal afloró en mí. Un pensamiento dominaba mi mente: Nadie
debe de ver estas tarjetas jamás. Nadie debe entrar jamás a este salón..
¡Tengo que destruirlo!.

En un frenesí insano arranqué un cajón, tenía que
vaciar y quemar su contenido. Pero descubrí que no podía siquiera desglosar una sola del cajón. Me desesperé y trate de tirar con mas fuerza, sólo para descubrir que eran mas duras que el acero cuando intentaba arrancarlas.

Vencido y completamente indefenso, devolví el cajón a su lugar.
Apoyando mi
cabeza al interminable archivo, testigo invensible de mis miserias, y empecé a llorar. En eso, el título de un cajón pareció aliviar en algo mi situación:

“Personas a las que les he compartido del amor de Jesús”. La manija brillaba, al
abrirlo encontré menos de 10 tarjetas. Las lagrimas volvieron a brotar de mis
ojos. Lloraba tan profundo que no podía respirar. Caí de rodillas al suelo
llorando amargamente de vergüenza. Un nuevo pensamiento cruzaba mi mente: nadie deberá entrar a este salón, necesito encontrar la llave y cerrarlo para siempre.

Y mientras me limpiaba las lagrimas, lo vi. ¡Oh no!, ¡por favor no!, ¡El no!, ¡cualquiera menos Jesús!. Impotente vi como Jesús abría los cajones y leía cada una de mis fichas. No soportaría ver su reacción. En ese momento no deseaba encontrarme con su mirada.

Intuitivamente Jesús se acercó a los peores archivos. ¿Por qué tiene que leerlos todos? Con tristeza en sus ojos, buscó mi mirada y yo bajé la cabeza de vergüenza, me llevé las manos al rostro y empecé a llorar de nuevo. El, se acerco, puso sus manos en mis hombros.

Pudo haber dicho muchas cosas. Pero el no dijo una sola palabra. Allí estaba junto a mí, en silencio. Era el día en que Jesús guardó silencio… y lloró conmigo.

Volvió a los archivadores y, desde un lado del salón, empezó a abrirlos, uno por uno, y en cada tarjeta firmaba su nombre sobre el mío. ¡No!, le grité corriendo hacia El.

Lo único que atiné a decir fue solo ¡no!, ¡no!, ¡no! cuando le arrebaté la ficha de su mano. Su nombre no tenía por que estar en esas fichas. No eran sus culpas, ¡eran las mías! Pero allí estaban, escritas en un rojo vivo. Su nombre cubró el mío, escrito con su propia sangre. Tomó la ficha de mi mano, me miró con una sonrisa triste y siguió firmando las tarjetas.

No entiendo como lo hizo tan rápido. Al siguiente instante lo vi cerrar el
último archivo y venir a mi lado. Me miró con ternura a los ojos y me dijo:

Consumado es, está terminado, yo he cargado con tu vergüenza y culpa.

En eso salimos juntos del Salón… Salón que aún permanece abierto…. Porque todavía faltán más tarjetas que escribir…

Aún no se si fue un sueño, una visión, o una realidad… Pero, de lo que si estoy convencido, es que la próxima vez que Jesús vuelva a ese salón, encontrará más fichas de que alegrarse, menos tiempo perdido y menos fichas vanas y vergonzosas.

Romanos 10:13-15 (Nueva Versión Internacional)

13 porque todo el que invoque el nombre del Señor será salvo.
14 Ahora bien, ¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán si no hay quien les predique?15 ¿Y quién predicará sin ser enviado? Así está escrito: ¡Qué hermoso es recibir al mensajero que trae buenas nuevas!

(Solteros chistes)1era. Visión del Profeta Solteremías


En el año noveno del reinado de Emiliano, pastor de la iglesia La Higuera Mojada, vino a mí palabra de mi propia concupiscencia, diciendo: Enamórate de Rocío, la hija del diácono Gilberto, la que tiene los ojos azules, entona himnos y es atractiva a los ojos. Y me dijo también, ve y dile: Una rosa como tú, necesita una espina como yo, y un tesoro como tú, necesita ser guardado en un cofre como yo. Y cuando mi concupiscencia terminó de hablarme, yo me levanté y me alisté para irme para la iglesia, y hablar con Rocío después del culto. Entonces le dije lo que mi concupiscencia me había dicho. Y Rocío me dijo que ella no está en tener amores por ahora, que ella estaba en consagrarse, y que yo debía hacer lo mismo. Entonces yo, luego me fui a mi casa muy triste y dejé de hacerle caso a la voz de mi concupiscencia.

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Lo nuevo - Simon (Cueva juego!)